Aquí encontrarás notas y fotos de los viajes que he realizado a lo largo de mi vida.


2 de noviembre de 2007

La foto de la semana

Tomada en la India en la ciudad de Pushkar, una mañana me regaló la oportunidad de captar la belleza de la naturaleza.
Disfrútenla.

La ciudad de Shiva

VARANASI

Shiva y Parvati, a los pies del Río GangesVaranasi, considerada la ciudad más sagrada y santa de la India, lugar de peregrinaje para los hindúes y donde muchos vienen a dejar su cuerpo y su espíritu. Está íntimamente relacionada con el Río Ganges y con la importancia religiosa que éste tiene en la religión Hindú. Conocida también como Kashi o Benares.
Varanasi es un mosaico de tradiciones espirituales, un lugar donde la vida y la muerte están unidas de forma muy especial.
Es la ciudad de Shiva; cuenta la leyenda que Shiva calmó al Ganges cuando éste derramaba toda su furia en la tierra; lo entrelazó en su larga cabellera y así logró mitigar toda su fuerza destructiva.

Shiva, el señor de Varanasi
Las aguas del Ganges o Ganga, llamada así por los Indios, son consideradas sagradas porque provienen de los Himalayas y sus aguas purifican el alma, tanto así que es un privilegio para los hindúes venir a morir acá. Las ceremonias de cremación se realizan en dos ghats principales (Ghat significa literalmente escalón). Los ghats son pequeñas plataformas que dán a la orilla del río más sagrado de la India; hay más de 100 y aquí vienen día a día millares de personas a bañarse, a purificarse, a orar, a lavar sus ropas, a hacer abluciones y a cremar a sus muertos.

Ghats donde lavan ropa
Ghats de cremaciónOfrendas a la madre GangaAbluciones en el Ganges

Llegamos a Varanasi en la tarde y nos quedamos en el hotel Surya; bonito pero lejos de los ghats y eso nos quitó la posibilidad de poder caminar y experimentar los distintos matices que tiene esta zona a distintas horas del día.
Varanasi es caótica, sucia, contaminada, vacas y perros por doquier, pero al mismo tiempo con una energía que recorre todo tu cuerpo y que te hace estremecer.
En la noche presencié una de las ceremonias más maravillosas y que me tocó hasta el fondo del alma y agradecí por cada momento que compartí con miles de personas que llevaron su devoción y se la entregaron a la Madre Ganga, en un mosaico de cantos sagrados, música, fuego, luces y ofrendas.
"Río sagrado que naces de los Himalayas, purifícame, bendíceme, limpia todos mis actos y recíbeme en tus brazos."


Tuvimos la suerte de conocer a Nandu, un ser muy especial, con una mirada pura y sincera...él tiene su motorickshaw y con él recorrimos la ciudad y nos presentó a gente buena y honesta. El chico que nos llevó en bote por el Ganges nos contó un poco la historia de las cremaciones... La leyenda cuenta que Shiva decretó que si mueres en varanasi, eres incinerado y tus cenizas son esparcidas en el río sagrado, se detendrá el ciclo del samsara o reencarnación y finalmente tu alma estará lista para alcanzar el Nirvana o el estado supremo. Las familias vienen hasta aquí para darle a sus seres queridos la oportunidad de que su alma no reencarne más. Nadie llora, dicen que si lloran el alma no descansará; es un privilegio morir aquí.
Existen dos Ghats de cremaciones: el tradicional donde creman a la gente con leños y el moderno donde utilizan hornos eléctricos, el último es usado por gente muy pobre que no puede pagar la incineración tradicional. Los cuerpos son envueltos en telas simples y colocados en una camilla de caña y luego sumergidos en la orilla del Ganges, ahí se dice que el cuerpo es purificado antes de la cremación. Fuimos testigos del baño de purificación de un cuerpo que espera ser cremado y entregado a la Madre Ganga; por obvias razones, no hay fotos de esa ceremonia... sólo miro, y con mucho respeto me uno en silencio a las oraciones por esa alma que está a punto de ser recibida por el señor transformador de toda la creación, el que destruye para regenerar y quien la guiará hacia el Nirvana.
Aprendí esa noche que existen seres que no son cremados al morir, que sus cuerpos son arrojados al río: son tan puros que no hace falta nada más, sólo ser entregados a las agiuas sagradas: Los Sadhus (ascetas, hombres santos, sagrados), las mujeres embarazadas, los bebés y los que han sido mordidos por una cobra, porque éstas son consideradas sagradas (shiva lleva cobras en alrededor de la cabeza y el cuello).
Volví a los Ghats la mañana siguiente a las 5 de la mañana a vivir una experiencia distinta a la de la noche anterior. Vimos salir el sol en este lugar sagrado y dediqué con mucho respeto y agradecimiento un mantra al lugar y a los dioses que nos recibieron y nos dejaron ser testigos de la devoción y espiritualidad de un pueblo.
Sumergí mis pies en las aguas sagradas y me invadió una sensación indescriptible; el corazón casi se sale de mi pecho; cerré mis ojos y esferas de colores entraban y salían de mi ser. Mi espíritu está agradecido y rebosante de felicidad.
Cada momento de esta experiencia está grabada en lo más profundo de mi ser, me ha enriquecido y agradezco por ser tan afortunada.
Namaste.

Salida del sol en el Ganges